Inf. Epidemiológica

Leptospirosis - Epidemiología y situación mundial

 

 

 

 

 

 

LEPTOSPIROSIS

 

Epidemiología y Situación mundial (2012)

 

 

 

 

EPIDEMIOLOGÍA

La leptospirosis, también denominada enfermedad de Weil o Fiebre canícola, es una enfermedad bacteriana zoonótica causada por leptospiras, bacterias englobadas en las espiroquetas. Las leptospiras patógenas para el ser humano pertenecen a la especie L.interrogans, de la que se han identificado al menos 23 serogrupos divididos a su vez en más de 200 serovariedades. Las serovariedades más identificadas son: L.icterohaemorrhagiae, L.canícola, L.autumnalis, L.hebdomidis, L.australis, L.pomona, y L.herdjo.

En las zonas donde la leptospirosis es endémica, la mayoría d e las infecciones son asintomáticas o muy leves. Cuando se manifiesta, puede ser de forma leve, en un 90% de los casos, con características de cuadro pseudogripal, con cefalea, fiebre y mialgias. Los casos graves (síndrome de Weil) se caracterizan por alteración hepática con ictericia, alteración de la función renal, confusión y diátesis hemorrágica, debido al daño en el endotelio capilar que provoca una vasculitis generaliz ada. La gravedad depende de la serovariedad infectante y de factores del huésped infectado, pudiendo alcanzar una letalidad de hasta el 20% en los casos graves.

Ictericia en la esclerótica en paciente con orina

positiva para Leptospira. (Autor: Bobjgalindo)

El diagnóstico de sospecha se hace por la clínica y las condiciones epidemiológicas, pero es un diagnóstico difícil, lo que entorpece la lucha contra la enfermedad. El diagnóstico se confirma por detección de anticuerpos específicos y por el aislamiento de leptospiras en sangre en los primeros 7 días, en el LCR del 4º al 10º día y/o en orina a partir del 10º día.

El reservorio de la enfermedad lo constituyen animales salvajes y domésticos, fundamentalmente roedores, pero cada serovariedad tiene unos reservorios preferentes como son las ratas para L.icterohaemorrhagiae, los cerdos para L.pomona, el ganado bovino para L.hardjo y los perros para L.canícola. Muchos otros mamíferos son capaces de mantener estados de portador breves. Existen otras serovariedades que infectan reptiles y anfibios y en general se considera que no afectan al ser humano, aunque se han observado casos sospechosos en Barbados y Trinidad. En los animales portadores aparece la infección de forma grave, leve o asintomática, pero incluso los portadores asintomáticos albergan el agente en los túbulos renales, donde la leptospira puede persistir durante años e incluso toda la vida.

La transmisión se da principalmente por contacto directo con sangre, orina o tejidos de animales infectados, que penetran en la piel del huésped si ésta está escoriada o a través de mucosas. También es posible la transmisión por contacto con material contaminado por orina de los animales afectos. El microorganismo sobrevive largo tiempo en el agua, lo que la convierte en un vehículo importante de transmisión al nadar en agua contaminada, así como por contacto con tierra húmeda o vegetación contaminada (sobre todo se ha visto implicada la caña de azúcar). Se ha descrito la infección por ingestión de alimentos contaminados y, rara vez, por inhalación de gotitas en aerosol de líquidos contaminados. En viajeros el riesgo de contraer la enfermedad es bajo, aunque es mayor en países tropicales, en visitas a zonas rurales o suburbios marginales y en aquellos viajeros expuestos a animales en un entorno profesional (veterinarios, granjeros…), o en viajeros de aventura que participan en deportes acuáticos como la natación o el rafting. El riesgo aumenta tras los períodos de fuertes lluvias, debido a que el agua satura el medio ambiente y las leptospiras del suelo pasan directamente a las aguas superficiales.

El periodo de incubación es de aproximadamente 10 días, con límites entre 4 y 19 días. El periodo de transmisibilidad desde el reservorio al hombre o, en rara ocasión, de persona a persona, dura mientras se excreten leptospiras en orina, lo que generalmente dura un mes en los humanos enfermos y largo tiempo en los animales.

La susceptibilidad humana es general, surgiendo inmunidad a la serovariedad específica infectante, aunque se desconoce si protege de la infección por otras serovariedades.


SITUACIÓN MUNDIAL

La distribución de la leptospirosis es mundial, a excepción de las regiones polares. Es la zoonosis más extensa del mundo y se presenta en países desarrollados y en desarrollo, tanto en zonas rurales como urbanas, aunque está más extendida en países de clima tropical, debido a la mayor supervivencia del microorganismo en ambientes cálidos y húmedos. Así mismo, la enfermedad presenta una cierta estacionalidad, presentándose más casos en verano y otoño en los países templados y durante las épocas de lluvia en países cálidos.

Es difícil estimar la prevalencia de la enfermedad, debido a la falta de datos en general. Las zonas más conocidas de alto riesgo incluyen Brasil, China, El Caribe, India, las Islas del Pacífico, Malasia, las Islas Seychelles, Sri Lanka, Tailandia y Vietnam. Se producen, a nivel mundial, unos 100.000 casos humanos anuales y unas 1000 muertes al año (0.1-1casos por 100.000 habitantes/año en los climas templados y 10 o más por cada 100.000 habitantes/año en los trópicos, aunque durante un brote estas cifras pueden aumentar a 100 o más casos/ 100.000 habitantes/año).

Según los datos de la PAHO, la Región de las Américas es la que más alertas de esta enfermedad presenta a nivel mundial. En el total de las 568 alertas de leptospirosis publicadas en la base de datos “Health Map” entre 2007 y 2011, más de la mitad correspondían a las Américas, principalmente afectando a Brasil (140 alertas), Nicaragua (53), República Dominicana (28) y Honduras (19).

Se puede, de algún modo, considerar esta enfermedad como un riesgo ocupacional, ya que muchos casos ocurren por exposiciones laborales. Afecta frecuentemente a trabajadores de arrozales, de campos de caña de azúcar, granjeros, agricultores, veterinarios, mineros, trabajadores de alcantarillados, militares, etc. También se producen brotes en personas expuestas a agua dulce contaminada (ríos, lagos o canales infectados por orina de animales), siendo así un riesgo a considerar para los deportistas acuáticos. Aunque la incidencia de esta enfermedad está aumentando en niños de regiones urbanas, el grupo de presentación más común es el de los varones jóvenes, por el ya descrito riesgo ocupacional de esta enfermedad.

Entre los últimos brotes de mayor importancia, destacan el de 1995 en Nicaragua, que tuvo una alta mortalidad y los detectados entre 1997 y 1998 en India, Singapur, Tailandia y Kazajistán. En el año 2000, destaca el brote de leptospirosis entre los participantes en el “Desafío Eco” (Eco-Challenge) en Sabah, Borneo, en el que los eventos incluyeron vela, natación, kayak y canoa en los ríos tras una temporada de fuertes lluvias. En 2012 las inundaciones causaron importantes brotes de leptospirosis en Tailandia, Filipinas y Perú (región de Loreto) .