RIESGOS AMBIENTALES EN LOS VIAJES

 


 

Los viajes pueden conllevar grandes y abruptos cambios en las condiciones medioambientales (altitud, temperatura, humedad…) que pueden tener efectos negativos en la salud y el bienestar. Además, el contexto social en el país de destino puede ser muy diferente al que estamos acostumbrados. Algunos de los principales problemas que pueden producirse son los siguientes:

 

1. Mal de altura.

Al aumentar la altitud, encontramos menos oxígeno en el aire lo que hace que la sangre absorba menor cantidad y cause “hipoxia”. La presión parcial de oxígeno a 2.500 metros es un 26% más baja que al nivel del mar y, a 4.000 metros, un 41% más baja. Esto supone un importante estrés para el organismo que requiere al menos unos cuantos días para aclimatarse.

La clave para la aclimatación consiste en incrementar la ventilación, lo cual supone un aumento del oxígeno en los pulmones. Esta capacidad es muy variable y va a estar condicionada por una serie de factores como el ejercicio, el estado físico, la exposición al frío, edad, sexo, etc. Además, puede verse limitada ante la presencia de determinadas enfermedades, especialmente la patología pulmonar.

El mal de altura (MA) se produce cuando el estrés hipóxico supera a la aclimatación. Los primeros síntomas suelen aparecer entre las 4 y 8 horas después de haber iniciado un ascenso por encima de los 3.000m o haber llegado directamente a zonas situadas a más de 2.500m.

El mal de altura agudo consiste en una cefalea punzante, aparecen náuseas, pérdida de apetito, cansancio, debilidad, irritabilidad, insomnio y diarrea. Los síntomas suelen remitir espontáneamente en 24-48 horas y mejoran con oxígeno, analgésicos o antieméticos.

Si a esta sintomatología se añade disnea (dificultad respiratoria), apatía, vómitos, vértigos o marcha vacilante, el permanecer en dicha altitud o continuar ascendiendo supone un grave riesgo ya que podría tratarse de un edema cerebral o pulmonar por la altura. Estas dos últimas entidades, aunque infrecuentes, son potencialmente mortales.

El mal de altura se puede experimentar tanto si se realizan actividades del tipo de escalada o montañismo a gran altura como si se vuela a ciudades a gran altitud como son Quito, Bogotá o Cuzco. Aunque las cabinas de los aviones están presurizadas, la presión del aire durante el vuelo, a altitud de crucero, es equivalente a la presión de aire en el exterior a 1.800- 2.400 metros sobre el nivel del mar. Sin embargo, estos efectos son normalmente bien tolerados por los pasajeros sanos.

Los viajeros con enfermedades cardiovasculares o pulmonares previas así como con anemia son muy sensibles a los cambios de altitud. Los viajeros diabéticos pueden confundir los síntomas iniciales del Mal de Altura con los de la hipoglucemia. La altitud no aumenta el riesgo de crisis epilépticas, pero las consecuencias de estos pueden ser más graves en una zona montañosa a gran altitud.

Precauciones

  • Si es posible, evitar el ascenso rápido a altitudes superiores a los 2.750 metros en un solo día. Para prevenir el mal de altura, es aconsejable fraccionar el ascenso, pasando al menos una noche a 2.000-2.500 metros.

  • Evitar esfuerzos excesivos y el consumo de alcohol durante las 24 primeras horas a estas altitudes. Beber cantidades extra de agua.

  • Si no se puede evitar el viaje a altitudes superiores a 2.750 metros en un solo día, consulte con su médico la necesidad de iniciar profilaxis con acetazolamida. La acetazolamida también es eficaz si se inicia su administración ante los primeros síntomas del MAA.

  • Los viajeros con cardiopatía o enfermedad pulmonar previa deben solicitar consejo médico antes de viajar a una gran altitud.

  • Los viajeros con los siguientes síntomas deben solicitar atención médica:

    • Síntomas severos de mal de altura agudo (cefalea o que duren más de 2 días).

    • Falta de aire progresiva con tos y cansancio.

    • Ataxia o alteración del estado mental.

 

2. Agotamiento y golpe de calor

La exposición a altas temperaturas origina pérdida de agua y electrolitos (sales) y puede provocar en casos más leves la insolación o agotamiento por calor y en casos más graves, el golpe de calor.

La exposición prolongada al sol puede dar lugar a una insolación, que se manifiesta con dolores de cabeza y gran malestar. Si el viajero permanece mucho tiempo de pie al sol o a temperaturas muy elevadas sobreviene un golpe de calor. También en este caso se notará dolor de cabeza, y además calambres musculares, sopor, y pérdida de conocimiento.

En caso de insolación, debe colocarse a la persona afectada en un lugar en sombra, tumbado, y refrescarlo con paños húmedos si es necesario e iniciar la rehidratación oral. En los casos más graves, cuando aparece un golpe de calor, siempre hay que buscar ayuda médica.

Además, en condiciones de calor se puede experimentar irritación de la piel (sarpullido por exceso de calor). Las infecciones cutáneas por hongos como la tinea pedis (pie de atleta) a menudo se ven agravadas por el calor y la humedad.

La exposición a aire caliente, seco y con polvo puede provocar irritación e infección de los ojos y del tracto respiratorio.

Precauciones

  • Beber suficientes líquidos para mantener la adecuada producción de orina.

  • Toma de alimentos y bebidas con sal que ayudan a reponer los electrolitos.

  • Los viajeros mayores y los niños y bebés tienen especial riesgo de deshidratación y hay que asegurar que beban suficientes líquidos en situaciones calurosas.

  • Una ducha diaria, vestir con ropa holgada de algodón y la aplicación de polvos de talco en las zonas sensibles de la piel, ayudan a reducir el desarrollo o la propagación de infecciones.

 

3. Quemaduras solares

La radiación ultravioleta procedente del sol (rayos UVA y UVB) es perjudicial tanto para la piel como los ojos. La intensidad de la radiación viene medida por el índice Ultravioleta Solar Total que empieza en 0 y se considera «extremo» cuando son superiores a 10.

En general, cuanto más próximo al ecuador se esté, más alto es el valor de índice. La radiación solar es especialmente intensa en verano y en el período de 4 horas alrededor del mediodía solar. Además, la radiación puede penetrar el agua clara hasta una profundidad de 1 metro o más y su intensidad se incrementa con la altura.

Los efectos adversos de la radiación UV son quemaduras solares especialmente en personas de piel clara; en los ojos, el desarrollo de queratitis aguda («ceguera de la nieve») y a largo plazo, el desarrollo de cataratas. Además, la exposición a la luz solar puede provocar una forma de urticaria asociada a picores y enrojecimiento de la piel. No hay que olvidar que existen efectos adversos a largo plazo en la piel como la aparición de cáncer y envejecimiento acelerado de la piel.

Es importante conocer que ciertos tipos de medicamentos como son anticonceptivos orales, doxiciclina (en ocasiones utilizada en la profilaxis del paludismo) y otros antimicrobianos que pueden causar fotosensibilización y provocar reacciones adversas en la piel con la exposición a la luz solar.

Precauciones

  • Evitar la exposición al sol durante las horas centrales del día, cuando la intensidad de las radiaciones UV es más alta.

  • Usar prendas que cubran los brazos y las piernas (cubrir la piel con ropa es más efectivo frente a las radiaciones UV que los filtros solares de buena calidad).

  • Usar gafas de sol con protección contra las radiaciones UV y diseño envolvente, así como un sombrero de ala ancha para protegerse del sol.

  • Aplicarse en las zonas del cuerpo no protegidas por la ropa una abundante cantidad de filtro solar con factor de protección solar (FPS) superior a 15 y repetir frecuentemente la aplicación.

  • Adoptar precauciones frente a la exposición excesiva al sol mientras se está sobre o en el agua o sobre la nieve.

  • Comprobar que la medicación que se toma no afecta a la sensibilidad a la radiación UV.

  • Si anteriormente se han producido reacciones cutáneas adversas, evitar cualquier tipo de exposición al sol y a los productos que causaron las reacciones adversas.

 

4. Cinetosis o Mareos

El mareo de los viajes o cinetosis significa “enfermedad por movimiento”. Es una reacción del sistema nervioso central, al encontrarse el viajero dentro de objetos en movimiento, automóviles, barcos o aviones.

Los síntomas, comienzan con palidez, bostezos, cansancio, dolor de cabeza, inestabilidad, irritabilidad, pulso acelerado, sudoración, pudiendo presentar náuseas y vómitos.

Los mareos asociados a viajes son más frecuentes en determinados tipos de transporte que en otros (en barco es más probable que aparezcan que en avión).

Si los estímulos son suficientemente intensos, cualquier persona puede desarrollar síntomas de mareo, pero existen algunas que presentan un mayor riesgo:

  • Los niños entre 2 y 12 años son especialmente susceptibles.

  • Las mujeres, especialmente durante el embarazo, menstruación o en tratamiento hormonal son más propensas a tener mareos.

  • Las personas con migraña son más susceptibles a marearse durante una crisis y también es más probable que las crisis se desencadenen cuando se marean.

  • Además, algunas personas pueden tomar medicamentos que les hagan más susceptibles al mareo.

Para tratar este tipo de mareos se suelen usar antihistamínicos cuyos principales efectos secundarios suele ser la somnolencia. Estos medicamentos pueden no estar indicados en mujeres embarazadas, niños muy pequeños y enfermos de glaucoma, por lo que se recomienda consultar con el médico en estos casos.

Precauciones

  • Conocer y evitar las situaciones que desencadenan los síntomas.

  • Elegir la mejor posición para evitar mareos en los medios de transporte – conducir un coche en vez de ir de ocupante, sentarse en los asientos delanteros de un autobús, sentarse en una asiento por delante del ala en un avión o escoger una cabina en una posición central en un buque.

  • Comer algo antes de que aparezcan síntomas ya que el estómago vacío puede acelerarlos, pero no comer nada una vez que estos aparezcan.

  • No se debe tomar alcohol durante el viaje y tampoco el día anterior para evitar la aparición de mareo. En los barcos permanecer el mayor tiempo posible en espacios abiertos.

  • No leer. Mirar siempre hacia delante, ver el horizonte o puntos fijos a distancia.

  • Si se llevan gafas correctoras, es mejor usarlas durante el viaje, especialmente los niños.

  • No fumar, alejarse de las zonas donde puedan llegar los gases del escape o malos olores.

 

5. Expansión de gases

Conforme el avión gana altitud tras el despegue, la reducción de la presión de aire en la cabina hace que los gases se expandan. De forma similar, conforme el avión va perdiendo altitud antes de aterrizar, el aumento de la presión en cabina hace que los gases se contraigan. Estos cambios pueden tener consecuencias en los lugares donde hay aire retenido en el cuerpo. Los pasajeros experimentan habitualmente una sensación de “taponamiento” en los oídos que está causada porque el aire escapa desde el oído medio y los senos paranasales durante el ascenso del avión. Normalmente esto no se considera un problema. Conforme el avión desciende de altitud antes del aterrizaje, el aire debe fluir de nuevo hacia el oído medio y los senos, con el fin de igualar las diferencias de presión. Si esto no ocurre, se puede tener la sensación de que los oídos o los senos están bloqueados y producirse dolor.

Precauciones

  • Tragar, masticar o bostezar (“destaponar”) normalmente aliviará las molestias.

  • Realizar con fuerza una corta espiración manteniendo la nariz y la boca cerradas (maniobra de Valsalva).

  • En el caso de los bebés, darles de comer o ponerles un chupete para estimular la acción de tragar puede reducir los síntomas.

  • Las personas con infecciones de oído, nariz o senos deben evitar volar, si no es posible evitar el viaje, el uso de gotas nasales descongestionantes antes del vuelo y de nuevo antes del descenso pueden ser de ayuda.

  • Los viajeros que se han sometido recientemente a procedimientos que pueden provocar la introducción de aire u otros gases en alguna cavidad corporal (cirugía abdominal o tratamiento del desprendimiento de retina por ejemplo) deben preguntar a su médico cuánto tiempo deben esperar antes de emprender un viaje en avión.

 

6. Trombosis Venosa Profunda (TVP)

La contracción de los músculos es un factor importante que ayuda a mantener el flujo de sangre a través de las venas, especialmente en las piernas. La inmovilidad prolongada, especialmente cuando la persona está sentada, puede provocar un estancamiento de la sangre en las piernas, que a su vez provoca hinchazón, rigidez y molestias.

Además, la inmovilidad es uno de los factores que pueden provocar el desarrollo de un coágulo de sangre en una vena profunda, conocido como “trombosis venosa profunda” o TVP. Es especialmente importante en caso de grandes viajes en avión en los que se permanece muchas horas sentado (“Síndrome de la clase turista”), pero también puede darse al hacer largos viajes en tren, coche o autobús.

Precauciones

  • Moverse por la cabina cada 2 o 3 horas, por ejemplo para ir al baño (siempre cuando las condiciones sean seguras para desplazarse).

  • Ejercitar los músculos de las piernas puede estimular la circulación, reducir el malestar, la fatiga y la rigidez, y reducir el riesgo de desarrollar TVP.

  • El equipaje de mano no debe colocarse donde pueda obstaculizar el movimiento de piernas y pies y la ropa debe ser suelta y cómoda.

  • No se recomienda, de manera general, a los pasajeros que tomen aspirina con el único objetivo de prevenir la TVP relacionada con los viajes.

  • A los viajeros que tienen más riesgo de desarrollar TVP se les puede recetar tratamientos específicos y para obtener más asesoramiento deberán consultar con su médico.

 

7. Jet-lag

El jet lag es el término usado para los síntomas ocasionados por la alteración del “reloj corporal interno”. La alteración se produce cuando se cruzan múltiples zonas horarias, es decir, cuando se vuela de este a oeste o de oeste a este.

El jet lag puede causar indigestión y trastornos de la función intestinal, malestar general, somnolencia durante el día, dificultad para dormir de noche y reducción de las facultades físicas y mentales. Sus efectos a menudo se suman al cansancio ocasionado por el propio viaje. Los síntomas de jet lag desaparecen gradualmente conforme el organismo se adapta a la nueva zona horaria.

El jet lag no puede prevenirse pero hay formas de reducir sus efectos. Los viajeros que toman medicación siguiendo un horario estricto (ej. insulina, píldora anticonceptiva) deben consultar a su médico o a un centro de atención al viajero antes de viajar.

Precauciones

  • Antes del viaje, si se vuela hacia el oeste, ir adaptándose al nuevo ciclo horario acostándose una o dos horas más tarde; en el caso de vuelos hacia el este, la adaptación supondría acostarse y levantarse una o dos horas antes.

  • Estar tan descansado como sea posible antes de la partida y aprovechar cualquier oportunidad para descansar.

  • Ya durante el viaje, tomar comidas ligeras y limitar el consumo de alcohol. El alcohol aumenta la producción de orina lo que puede provocar despertares precoces y, aunque puede acelerar el inicio del sueño, reduce su calidad y lo hace menos reparador.

  • Limitar la cafeína y evitarla en las 4-6 horas anteriores al período de sueño previsto. Si se bebe café durante el día, es preferible consumir pequeñas cantidades cada dos horas, que una cantidad mayor de una vez.

  • En el destino, intentar crear un ambiente propicio para el descanso (usar antifaces y tapones para los oídos si es necesario) y dormir la cantidad de tiempo más parecida posible a lo que se duerme normalmente durante las 24 horas posteriores a la llegada.

  • El ejercicio diurno puede ayudar a facilitar el sueño nocturno, evitando el ejercicio extenuante las dos horas antes de irse a dormir.

  • Se recomienda acostarse una vez se haya puesto el sol aprovechando las horas de luz diurna que favorece el permanecer despierto

  • No siempre es aconsejable ajustarse a la zona horaria local en el caso de viajes cortos de 2-3 días porque el reloj corporal no tiene tiempo para sincronizarse a la nueva zona horaria.

  • Las pastillas de acción corta para dormir pueden ser útiles, pero sólo deben utilizarse bajo prescripción facultativa.

 

8. Animales peligrosos

Las mordeduras de los animales pueden provocar heridas graves, que también pueden dar lugar a la transmisión de enfermedades.

Los animales tienden a evitar el contacto con el hombre y la mayoría no atacan a menos que se les provoque. Sin embargo, en algunas circunstancias pueden atacar, por ejemplo: los animales salvajes pueden ser agresivos si se produce una intrusión territorial, especialmente cuando están protegiendo a las crías. Sin embargo, los animales enfermos de rabia suelen ser agresivos y pueden atacar sin que exista provocación.

Los viajeros que van acompañados de animales deben ser conscientes de que es necesario vacunar contra la rabia a los perros (y, en algunos países, a los gatos) para que se les permita cruzar fronteras internacionales. Algunos países libres de rabia tienen otros requisitos adicionales. Antes de llevar un animal al extranjero, el viajero debe informarse sobre los requisitos reglamentarios de los países de destino y de tránsito. Además, no se deben traer nunca animales procedentes de otros países.

Precauciones

  • Evitar acercarse ni provocar a cualquier tipo de animal (incluidos los animales salvajes, cautivos y domésticos). Se debe tener un cuidado especial para impedir que los niños se acerquen ni toquen a los animales.

  • El uso de zapatos cerrados o de botas es una importante protección zonas en las que pueda haber serpientes. Hay que tener un cuidado especial en el exterior durante la noche.

  • Evitar poner las manos o los pies en los lugares donde las serpientes, arañas o escorpiones puedan estar escondidos.

  • Hay que examinar los zapatos y la ropa antes de ponérselos (sobre todo por la mañana), ya que las serpientes y los escorpiones tienden a resguardarse en ellos.

  • En caso de recibir una mordedura, limpiar intensamente la herida con agua y jabón y solicitar valoración médica ante la posibilidad de necesitar medidas adicionales.

 

9. Enfermedades de transmisión sexual

En países desarrollados una gran proporción de las enfermedades de transmisión sexual se contraen durante los viajes internacionales. Enfermedades como la sífilis, gonorrea, infección por Chlamydia o tricomoniasis son una frecuente causa de infertilidad, enfermedad y muerte. Además, la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), causante del SIDA, existe en prácticamente todos los países del mundo y es epidémica en muchos de ellos.

Estas enfermedades se contraen al tener prácticas sexuales de riesgo. El contacto sexual múltiple o con personas que mantienen este tipo de relaciones (profesionales de la prostitución de uno u otro sexo, por ejemplo) puede ser peligroso. No debe juzgarse por la apariencia, ya que la mayoría de las personas infectadas parecen sanas y no muestran síntomas de enfermedad. El sexo oral también puede ser una vía de transmisión eficaz de enfermedades.

Precauciones

  • Se puede reducir el riesgo de infección evitando las relaciones sexuales esporádicas sin protección.

  • Como método barrera, y si se desconoce el estado de la pareja, el hombre debe utilizar un preservativo en cada relación de principio a fin de la misma y la mujer debe asegurarse de que su compañero lo utiliza.

  • Las mujeres pueden protegerse también contra las enfermedades de transmisión sexual utilizando un preservativo femenino.

  • La única enfermedad de transmisión sexual para la que existe vacuna es la hepatitis B.

 

10. Enfermedades transmitidas por la sangre

Las enfermedades contagiadas a través de la sangre se transmiten por contacto directo con sangre u otros fluidos corporales infectados. Algunos ejemplos de enfermedades transmitidas por la sangre son la hepatitis B y C o el VIH/SIDA.

Precauciones

  • Evitar el uso de agujas y jeringuillas potencialmente contaminadas para inyecciones, u otros procedimientos médicos o cosméticos que penetran la piel (incluidos acupuntura, piercing y tatuajes)

  • Evitar las transfusiones de sangre no segura.

  • La Hepatitis B puede evitarse mediante la vacunación previa.

 

11.Baños

Las aguas recreativas incluyen las aguas costeras, lagos y ríos de agua dulce y también las piscinas y los balnearios.

Los riesgos para la salud más importantes en las aguas recreativas son los ahogamientos y las lesiones por golpes, especialmente las lesiones de la cabeza y columna vertebral.

En caso de baño en aguas dulces, éstas pueden estar contaminada y ser la causa de infecciones de ojos, oídos e intestinales. Actividades como nadar, pescar y caminar con los pies descalzos por ríos, arrozales o terrenos fangosos también pueden exponer al viajero a este tipo de enfermedades, sobre todo en las regiones del sudeste asiático.

En agua de mar, generalmente, los baños no implican riesgos de enfermedades transmisibles. Sin embargo, es recomendable que el viajero se informe en el lugar si está permitido bañarse y no supone un peligro para la salud. Las picaduras de medusa provocan fuertes dolores e irritaciones de la piel. En ciertas regiones los bañistas deben usar algún tipo de calzado que les proteja de las mordeduras y picaduras de los peces, contra la dermatitis por los corales, crustáceos, mariscos y anémonas de mar tóxicas.

Precauciones

Los riesgos asociados con las aguas recreativas pueden minimizarse con conductas seguras y unas sencillas precauciones:

  • Adoptar conductas seguras en las aguas recreativas: usar chalecos salvavidas en caso necesario, prestar atención y buscar información a nivel local sobre las mareas y las corrientes, evitar acercarse a los desagües en balnearios y piscinas

  • Usar calzado que proteja contra enfermedades parasitarias, por ejemplo calzado cerrado si se va a caminar en zonas con grandes charcos o embarradas.

  • Asegurar una constante vigilancia de los niños cuando estos estén cerca de aguas recreativas.

  • Evitar el consumo de alcohol antes de cualquier actividad en o cerca del agua.

  • Comprobar cuidadosamente la profundidad del agua antes de sumergirse y evitar bucear o saltar en aguas turbias, donde pueden no ser visibles nadadores y objetos.

  • No saltar al agua ni saltar sobre otros en el agua.

 

12. Comportamiento/relaciones sociales

La violencia es un riesgo importante en muchos países de bajo y medio grado de desarrollo.

El alcohol y el uso de drogas ilícitas entre los jóvenes incrementan sustancialmente los comportamientos violentos. Hay que señalar que en muchos países la presencia de drogas en cualquier cantidad en el equipaje constituye un delito que puede estar penado con prisión. De cada 5 españoles detenidos en el extranjero, 4 están por delitos relacionados con las drogas

Precauciones

  • Moderar el consumo de alcohol y evitar tanto la tenencia como el consumo de drogas ilícitas.

  • Mantener objetos valiosos fuera de la vista y no llevar consigo grandes sumas de dinero.

  • Evitar las playas aisladas y otras zonas remotas.

  • Utilizar únicamente taxis en paradas autorizadas.

  • Evitar conducir de noche y no viajar nunca solo.

  • Aparcar en zonas bien iluminadas y no recoger a extraños.

  • Utilizar los servicios de un guía/intérprete local o de un conductor local cuando se viaje a zonas remotas.

 

13. Accidentes de tráfico.

En la mayoría de los países de bajo y medio grado de desarrollo las normas de tráfico se aplican de manera inadecuada. A menudo el tráfico es más complejo que en los países de alto grado de desarrollo y la misma carretera puede ser utilizada por vehículos de dos, tres y cuatro ruedas, por vehículos tirados por animales y por otro tipo de vehículos, además de por peatones.

Las carreteras pueden estar mal construidas y conservadas, las señales de tráfico, la iluminación de calles y carreteras pueden ser inadecuadas y los hábitos de conducción deficientes. Los viajeros, tanto conductores como peatones, deben mantenerse atentos y ser prudentes.

Precauciones

  • Obtener información sobre las normas que regulan el tráfico y el mantenimiento de vehículos y sobre el estado de las carreteras en los países a visitar.

  • Antes de alquilar un coche, comprobar el estado de los neumáticos, cinturones de seguridad, ruedas de repuesto, luces, frenos, etc.

  • Informarse sobre las normas no oficiales que rigen en la carretera; por ejemplo, en algunos países es habitual tocar el claxon o dar las luces antes de adelantar.

  • Mantenerse especialmente atento en un país donde se conduce por el lado de la carretera opuesto al usado en su país de residencia.

  • No conducir después de beber alcohol.

  • Conducir dentro de los límites de velocidad en todo momento.

  • Colocarse siempre el cinturón de seguridad cuando esté disponible.

  • Evitar conducir por carreteras desconocidas y sin iluminación.

  • Usar casco si se utiliza bicicleta, ciclomotor o motocicleta.

  • Tener cuidado con los animales vagabundos.

  • Además, los viajeros que conduzcan vehículos en el extranjero, deberían asegurarse de que llevan consigo su carnet de conducir, así como un permiso de conducción internacional y que dispongan de un seguro con cobertura total para tratamiento médico tanto por enfermedad como por accidente.

 

 

 

Bibliografía e Información de interés:

Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Viajes internacionales y salud: situación a 1 de Enero 2012. http://www.msc.es/profesionales/saludPublica/sanidadExterior/salud/viajesInter/home.htm

Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Campaña “No compres, ni consumas, ni trafiques con drogas en el extranjero 2012” del MSPSI http://www.msssi.gob.es/campannas/campanas12/viajesyDrogas.htm

Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Información a viajeros sobre la introducción de animales de compañía (sin ánimo comercial) en España. http://www.msc.es/profesionales/saludPublica/sanidadExterior/salud/infoAnimalesComp.htm

National Travel Health Network and Center británico. Travel Health Information Sheets Non-infectious health risks http://www.nathnac.org/travel/factsheets/index.htm

ViajarSano.com (Laboratorio farmacéutico GSK. Información avalada por la Sociedad Española de Medicina Tropical y Salud Internacional). Guía del viajero. http://www.viajarsano.com/flash/guia_del_viajero.html