EPIDEMIOLOGÍA
Las Tripanosomiasis son enfermedades producidas por parásitos protozoarios hemoflagelados del género Tripanosoma, cuyas especies más importantes para el ser humano causan dos enfermedades diferentes, la Tripanosomiasis africana o enfermedad del sueño y la Tripanosomiasis americana o enfermedad de Chagas.
La TRIPANOSOMIASIS AFRICANA, también conocida como “enfermedad del sueño”, es causada, exclusivamente en el continente africano, por las especies del complejo Tripanosoma brucei: T.brucei gambiense y T.brucei rhodesiense. Ambas son causa de la enfermedad del sueño, habitualmente más rápida y severa la causada por la especie rhodesiense. La enfermedad puede presentarse de forma aguda o crónica. Tras la picadura del vector transmisor y la infección, el parásito se multiplica en la sangre y ganglios linfáticos del huésped y desde allí invade el SNC donde produce lesiones irreversibles.
La enfermedad comienza con una pápula en el lugar de la picadura de la mosca vector, que se convierte en un nódulo y finalmente en un chancro doloroso. Se sigue, por diseminación hemática, de síntomas sistémicos como fiebre, cefalea, linfadenitis, insomnio y malestar general. Posteriormente aparece una fase de anorexia, somnolencia y alteraciones neurológicas por invasión ya del SNC, que llevarán al coma y la muerte en semanas o meses. La forma aguda, de más rápida evolución, es típica de la infección por T.b.rhodesiense, y la crónica, que puede durar incluso años, es la forma frecuente de infección por T.b.gambiense. Ambas formas son mortales sin tratamiento e incluso con él pueden ser letales o dejar secuelas neurológicas crónicas.
El diagnóstico se hace por la clínica en zonas endémicas o por la presencia de antecedentes epidemiológicos (viaje a zonas endémicas) Y se confirma por detección directa de los parásitos en sangre, linfa, o LCR, siendo habitualmente necesario utilizar métodos de concentración de los parásitos para poder detectarlos. También es útil para el diagnóstico la inoculación en animales de laboratorio y la demostración del parásito en éstos. Y, en ocasiones, puede recurrirse a técnicas confirmatorias más complejas, como detección de ADN por técnicas de PCR, detección de antígenos y/o anticuerpos circulantes, etc.
El reservorio es fundamentalmente humano en el caso de T.b.gambiense, pero en T.b.rhodesiense existen diversos posibles reservorios animales, en especial el ganado doméstico, los gamos y los antílopes.
La transmisión se da por la picadura de un insecto vector, la Glossina, más conocida como mosca tse-tse, de la que existen 6 especies fundamentales: G.palpalis, G.fuscipes, G.morsitans, G.tachinoides, G.pallidipes y G.swynertoni. La mosca se infecta al chupar sangre infectada por estos parásitos (de los reservorios) y en ellas se reproducirán durante 12 a 30 días, hasta que maduran y se transforman en formas infectantes alojadas en las glándulas salivares del insecto, que podrá así infectar a otros huéspedes con las siguientes picaduras. La mosca, que se vuelve infectante en 3 semanas aproximadamente, permanecerá infectante toda su vida, es decir, unos 3 meses como término medio.
También se ha descrito la transmisión congénita en humanos, excepcionalmente, y por transfusiones sanguíneas o por accidentes de laboratorio en personal que maneja muestras infectadas. En cuanto al riesgo para los viajeros, es bajo en general. Los viajeros que visitan zonas rurales de los países endémicos de África son los que corren el mayor riesgo de contraer tripanosomiasis africana, incluidos los viajeros de safari en cotos de caza en los que se han dado casos de importación de la enfermedad.
El periodo de incubación es más corto en el caso de infecciones por T.b.rhodesiense, generalmente de 3 días a pocas semanas. En la infección por T.b.gambiense el periodo de incubación es habitualmente mucho más largo, de semanas o meses.
El periodo de transmisibilidad desde un huésped o reservorio hacia la mosca se da durante toda la enfermedad y su periodo de incubación, aunque de forma intermitente, pues la parasitemia aparece en oleadas de intensidad variable. Desde la mosca al ser humano y otros huéspedes dura mientras viva el insecto.
La susceptibilidad a la infección es universal, aunque se han detectado casos de infecciones asintomáticas por ambas especies parásitas.
SITUACIÓN MUNDIAL
La tripanosomiasis africana como su nombre indica es una enfermedad exclusiva de África tropical y subtropical, entre la latitud 15ºN y 20º S, o desde el norte de Sudáfrica hasta el sur de Algeria, Libia y Egipto.
Epidemiológicamente se describen 2 zonas distintas:
-Las zonas donde prevalece T.b.gambiense, en las que habita el grupo palpalis de moscas tse-tse: África occidental y central, preferentemente en regiones boscosas, con cursos de agua y riveras de ríos.
-Las zonas donde prevalece T.b.rhodesiense, en las que los vectores habituales son G.morsitans y G.fuscipes: África Oriental (Este y Sudeste de África), en sabanas y zonas secas.
Existen 36 países endémicos son: Angola, Benin, Burkina Faso, Camerún, Chad, Congo, Costa de Marfil, Gabón, Ghana, Guinea, Guinea Bissau, Guinea Ecuatorial, Kenya, Liberia, Malawi, Malí, Mozambique, Nigeria, Ruanda, Senegal, Sierra Leona, Suazilandia, Togo, Uganda, República Centroafricana República Democrática del Congo, República Unida de Tanzania, Sudán, Zambia y Zimbabwe. También se incluyen en esta lista Botswana, Burundi, Etiopía, Gambia, Namibia y Níger pero estos países no han reportado ningún caso en los últimos 20 años.
Distribución de la mosca Tse-Tse (Mba123, 1999)
Actualmente, el 95% de los casos de infecciones humanas se encuentran en la Rép. Dem. Del Congo, Angola, Sudán, Rép. Centroafricana, El Chad y el norte de Uganda. Cabe destacar el progresivo aumento de la incidencia en Uganda, donde se dan los 2 tipos de infección, y el caso de la R.Dem del Congo, donde existe un microfoco urbano periférico situado en la capital (Kinshasa).
En países endémicos puede estar afectada hasta el 2% de la población, esencialmente la población rural. En 1995 la OMS consideraba esta enfermedad como una amenaza para 60 millones de personas en 36 países africanos calculándose unos 300.000 casos anuales, de los cuales sólo unos 30.000 eran declarados, diagnosticados y tratados, ya que sólo existía vigilancia de la enfermedad sobre una población de 3-4 millones de personas.
Posteriormente, la OMS mejoró las tareas de coordinación y promovió la creación de redes de vigilancia y el desarrollo de una importante campaña de sensibilización, lo que logró que, en 2004, el número de nuevos casos notificados se redujera a 17.616 y los casos estimados se calcularan entre 50 000 y 70 000. En 2009, el número de casos nuevos descendió por debajo de 10.000 (9.878) por primera vez en 50 años y el número estimado de casos fue de 30.000, tendencia mantenida en 2010, con 7.139 casos notificados.
Entre el año 2000 y el 2010 se conocen 94 casos diagnosticados de esta enfermedad en viajeros, casos importados sobre todo de Tanzania (parques Serengueti y Tarangire) y de Malawi, Zambia y Zimbabue. En el año 2012 se notificaron dos casos en turistas que provenían del Parque Masai Mara, en Kenia. Son los primeros casos de viajeros afectados en este país en los últimos 12 años.